6 de mayo
de 2015
Londres,
Conferencia sobre los 20 años de la OMC.
La Society of International Economic Law
junto con el IEEL de Georgetown y el British
Institute of International and Comparative Law organizaron la 15ava Conferencia
anual sobre la OMC, titulada esta vez, con motivo del cumpleaños número 20 de
la OMC, “The WTO at 20: Taking Stock and
Challenges Ahead”. Ante el llamado para presentar documentos de
investigación, tuve el honor de ser aceptado para presentar el tema “Defence of multiple policy objectives before
WTO Courts: EC-Seals or the false dilemma between protecting Inuits or seals”.
El evento
me brindo una oportunidad excepcional para compartir la mesa de discusión con
Lorand Bartels, Jan Yves Remy, Andrew Lang y Gracia Marin-Duran. Todos ellos,
gente de fina estampa, reconocidos globalmente. En el auditorio se encontraban
otros ponentes y p'ublico especializado, gente brillantísima, del calibre de Gabrielle Marceau
(co-organizadora del evento).
Ciertamente,
un académico joven como yo se siente abrumado por la presencia de tanto
personaje celebre. Para ponerlo en términos futboleros, me sentí como en mi
primer partido de la Champions League. Ya me había tocado presentar en la OMC
en Ginebra, en Brasil y Argentina, pero este día tuvo un sabor especial. Tal
vez porque es mi primera presentación desde el accidente que intento' arrancarme la
pierna. Así que hoy volví al campo de juego, por lo menos unos minutos, después de
mi lesión. ¡Y vamos por los 90 minutos!
Desde antes
de mi caída en el volcán traía a las focas y los esquimales en la cabeza. Llevo
dos años trabajando de manera intermitente pero muy intensa en el caso. El evento
me brindo una oportunidad excepcional para conocer los puntos de vistas de los
abogados que representaron a Canadá, Noruega y la Unión Europea, así como de
los académicos más brillantes del mundo. Mi investigación será enriquecida con
lo acontecido este día. La meta es publicar un paper en los próximos meses.
Además de
lo profesional, me llevo a casa varios detalles. La sonrisa de Jan Yves, la
amistad de Andrew Lang y la inagotable sabiduría de Gabrielle Marceau. Felicito a los organizadores, y agradezco a Mark Herlihy y Joost Pauwelyn sus atenciones.