Thursday, 4 June 2015

Gas lacrimógeno, SIDA e internet: las manifestaciones en contra de tratados comerciales



“De vuelta a la Batalla en Seattle pero sin el gas lacrimógeno” (Back to the Battle in Seattle but without the teargas). Es el título del artículo de Alan Beattie en la versión impresa del Financial Times del 16/17 de mayo  de 2015. Sin duda, este fue un título más sexy que el que apareció en la versión online “Las tribus están encerradas en la batalla sobre los acuerdos comerciales” (The tribes are locked in battle over trade deals).

Comentó el tema del título porque ciertamente desde 1999, año en que se llevó a cabo la tercera Conferencia Ministerial de la OMC en Seattle, las manifestaciones anti-OMC han bajado de tono y de intensidad. En la arena pública, la “Batalla en Seattle” probablemente ha sido la prueba más dura para el comercio internacional. Confrontó grupos antiglobalización con la policía local y sin duda el uso del gas pimienta por la policía estigmatizó a la Conferencia Ministerial de Seattle (o la “Ministerial del gas lacrimógeno”, como le llamó algún periodista/manifestante).

En las calles, el resultado fueron duros enfrentamientos, lamentos y denuncias sobre los abusos de la autoridad policial. En los cuartos de negociación, sin embargo, se dice que nada se detuvo e incluso hubo avances en las negociaciones comerciales (G Horlick, «Reactions to Seattle. The Speedbump at Seattle», Journal of International Economic Law 3, n.o 1 (1 de marzo de 2000): 167-173, doi:10.1093/jiel/3.1.178.) En todo caso, el propio Horlick admite que las manifestaciones tuvieron un efecto psicológico en algunos negociadores de ciertos países. Ciertamente, no creo que los Miembros de la OMC hayan cerrado los ojos ante lo sucedido en las calles. Prueba de ello es que no hubo una Declaración Ministerial, como suele hacerse al final de estas reuniones bianuales.

También hay que decir que las manifestaciones, si bien eran en contra de la OMC, en realidad representaban un síntoma del rechazo más general (de los manifestantes) en contra de la globalización. Desde entonces, no ha habido un enfrentamiento de esta magnitud ni con esa resonancia mediática, y la OMC ha dejado de ser el objetivo de los manifestantes y las ONGs, probablemente porque la Ronda de Doha ha dejado de avanzar.

En el 2000, el tema de acceso a medicamentos-SIDA-Sudáfrica sin duda causo un revuelo mediático y legal. Hubo manifestaciones importantes para defender el derecho a la salud. Aquí dejo el tema,  pero solo advierto que no hubo gas lacrimógeno.
  
En 2012, el megáfono de los manifestantes se levantó en contra del A.C.T.A. (Anti-Counterfeiting Trade Agreement o Tratado de Comercio contra la Falsificación), un tratado sobre derechos de autor y monitoreo de actividades en internet, negociado en secreto (filtrado por Wikileaks). La campaña pública anti-ACTA utilizó las calles y el internet. Tuvo efecto (acaso porque los potenciales afectados tenían medios de comunicación más efectivos…el internet), y la presión pública obligó a que el ACTA fuera rechazado por los Congresos de algunos de los países negociadores. 


En 2015 como señala Alan Beattie en su artículo, los inconformes han encontrado nuevo ímpetu en contra del TPP y el TTIP. No escribiré aquí y ahora sobre este tema que tiene muchas texturas y merece profundidad. Por lo pronto, mejor será leer el artículo de Beattie.


Así que como vemos, después de Seattle han habido manifestaciones importantes, que han alimentado el debate público de temas que normalmente no salen de los cuartos de los negociadores. Y afortunadamente, en la calle no ha habido más gas lacrimógeno.