He pensado que uno de los lugares más apropiados para compartir mis pensamientos sobre este tema es en LinkedIn, una red social de personas que trabajan o que buscan trabajo (pero este texto rebasó la extensión permitida por el sitio, así que tuve que anidarlo en este blog).
Aunque no todas las personas pertenecen a la clase trabajadora, todos forman parte de UNA NUEVA CLASE TRABAJADORA. Bueno, tal vez todos no. Lionel Messi probablemente no pueda ser sustituido por un robot…¿o sí?
Queda claro que la nueva clase trabajadora a la que me refiero, invariablemente será sustituida por algún robot. Algunos lo seremos antes, algunos después. En México, esto nos puede parecer muy lejano pero hay que tener presente que las ciudades industrializadas del país, por ejemplo aquéllas con una fuerte inversión en el sector automotriz, además de crear empleos, paradójicamente, también han venido desplazando de manera silenciosa pero sin interrupción, a cientos (¿miles?) de trabajadores gracias a la introducción de robots. La sustitución en otros sectores, también está en camino. Es inevitable.
Imagen tomada de Employees vs. Robots: Who Is Better At Service?
Históricamente, el primero de mayo representa la lucha por el reconocimiento de los derechos de los trabajadores, y de los ideales de justicia, en una de sus versiones más nobles. Hoy, la reflexión es obligada para todos…incluso para los Messi, que no sean sustituidos, pues el mundo en el que viven cambiará.
En los últimos cinco años, han surgido políticos astutos que han ganado el poder culpando a los migrantes del desplazamiento laboral nacional, sin necesidad de mencionar (aun) a los robots. La era post-Brexit (que puede ser Brexin) y post-NAFTA verá agotado el discurso xenofóbico para dar paso a un discurso robotfóbico.
Dentro de 10 o 20 años, el desplazamiento laboral humano por máquinas inteligentes y el aumento de la desigualdad entre los que trabajan y los que no, serán los problemas globales más importantes. Me parece que la clase trabajadora histórica y la 'nueva clase trabajadora' serán dos de las voces más importantes en esa discusión. Como hace casi 130 años, será una lucha por derechos (ya no laborales, en estricto sentido), pero sí por derechos a una vida digna, cimentada en los ideales más elementales de justicia y solidaridad, y una noción muy fuerte de derechos humanos (y no derechos de los robots, porque esa es otra historia).
Cuando eso suceda, el 1 de mayo servirá como plataforma para la clase trabajadora 2.0 para exigir nuevos derechos, como el derecho a una pensión o indemnización por desplazamiento laboral causado por robots. Incluso, el 1 de mayo puede convertirse en una lucha social más amplia en la que se exija la entrega de una pensión universal.
Paradójicamente, cualquier de estos dos esquemas de pensión sólo podrá ser financiado con la riqueza (productividad) generada por una economía robotizada.